A partir de la actual situación de emergencia sanitaria se desarrollan distintas estrategias digitales para permitir combatir la pandemia. Una de ellas es la tecnología digital llamada "contact tracing", donde los ciudadanos instalan una aplicación en sus celulares a efectos de hacer seguimiento de sus contactos.

Este enfoque, sería una herramienta complementaria a la tarea que realizan los epidemiólogos en forma manual. Representaría una suerte de ayuda electrónica de sus métodos, no reemplazando su trabajo sino colaborando con la detección temprana de casos.

Existen diversos estudios internacionales que indicarían que la aplicación de tecnología permite esta posibilidad de detectar más rápido los casos (aún aquellos denominados "circulación comunitaria"). De esta manera, se podrían bajar notablemente los índices de contagio, si y sólo si, gran parte de la población adopta esta tecnología y la usa.

Los modelos matemáticos de predicción de la Universidad de Oxford sugieren que para una ciudad de 1 millón de habitantes, se necesitaría que más del 56% de la población utilice la aplicación1 e indicarían la posibilidad de suprimir la epidemia. El requisito de uso puede ser menor si la aplicación se implementa junto con otras intervenciones como la del distanciamiento social.

Inclusive, una tasa de uso menor, tendría el efecto de ralentizar el resurgimiento y potencialmente retrasar el inicio de una segunda cuarentena total.

En tecnología existen distintas implementaciones de contact tracing. Si bien todas ellas ofrecen potencialmente numerosas ventajas a efectos del seguimiento y prevención de nuevos casos, algunas pueden generar otros problemas relacionados con la privacidad y la información personal de los ciudadanos. Es por esto que creemos fundamental que la sociedad esté informada.