En los últimos años, la Facultad de Psicología de la UNMDP ha impulsado una modalidad de vinculación territorial e interinstitucional de colaboración y co - construcción de prácticas y conocimientos, buscando impactar en los trayectos formativos y en la búsqueda de hacer frente a las lógicas extractivistas que todavía subyacen en la formación académica universitaria. En consonancia con dichas acciones, y en la búsqueda de profundizar e institucionalizar un sentido, espacio y lógica de trabajo es que el lunes 14 de marzo se aprueba el Área de Salud Mental Publica y Comunitaria dependiente de la Subsecretaria de Vinculacion Territorial e Interinstitucional Subsecretaría de Vinculación Territorial e Interinstitucional que viene a ocupar un espacio de vacancia y fundamental en la búsqueda de construir una Universidad con un claro compromiso y sentido de trabajo y dialogo con la comunidad toda.

Son variadas las experiencias y argumentos que nos permiten dar razón a este hecho, considerando como puntal a La Ley Nacional de Salud Mental Nº 26.657, y sus cambios paradigmáticos en relación a las concepciones y prácticas en el campo de la Salud Mental con una perspectiva de derechos, integral e interdisciplinaria. El Área surge de la necesidad de generar las transformaciones concretas necesarias en la formación de lxs profesionales de la Salud Mental acordes con los principios, políticas y dispositivos requeridos en cumplimiento de la ley, haciendo especial hincapié en el conocimiento de las normas y tratados nacionales, regionales e internacionales en derechos humanos y salud mental, con una mirada integral, interdisciplinaria y territorial. También los Lineamientos para la formación de profesionales del campo de la Salud Mental que se desprenden del trabajo entre la Comisión Nacional Interministerial de Políticas Públicas en Salud Mental (CONISMA) junto a la Dirección Nacional de Salud Mental del Ministerio de Salud y la Secretaría de Políticas Universitarias en el año 2015 , que presentan los saberes imprescindibles y las prácticas educativas necesarias que las instituciones formadoras deben garantizar en sus diseños curriculares y que los futuros profesionales tendrían que transitar durante su trayectoria formativa a fin de alcanzar el perfil necesario para garantizar la correcta aplicación de dicha Ley.

El Área de Salud Mental Pública y Comunitaria, en esta Facultad, se propone tomar estos lineamientos y hacerlos propios, identificando los objetivos que buscamos y construyendo las líneas de acción que nos permitan hacer efectivo el cumplimiento de la Ley de Salud Mental, respondiendo a una concepción inescindible de la salud desde una perspectiva integral y de la necesidad de garantizar las mejores condiciones posibles para el desarrollo físico, intelectual y afectivo.

Serán sus objetivos principales contribuir a la formación de profesionales que puedan dar respuesta a los requerimientos de época acorde los principios, políticas y dispositivos requeridos para el cumplimiento de la Ley Nacional de Salud Mental y articular los Programas de Formación para Graduadxs que presenta la Unidad Académica, las Prácticas Socio Comunitarias desarrolladas en las distintas asignaturas y espacios, desde inicio a fin de la carrera y con otros dispositivos que se desarrollan, como proyectos, cursos o actividades que se ajustan a la propuesta en la formación de grado y posgrado de profesionales Psicólogxs.

De esta manera, el espacio busca transversalizar la perspectiva de derechos asumida por la Ley de Salud Mental, incorporando como punto de partida del futuro diseño curricular todas las legislaciones que promovieron la ampliación de derechos y que transformaron los modelos de abordaje del padecimiento mental y la salud pública y que actualmente se abordan como incorporaciones ad-hoc; superando la pregnancia que, en la formación en psicología en tanto profesión, posee la perspectiva de trabajo liberal que se ha ido instalando como paradigma hegemónico, incluyendo en la formación el paradigma de la integralidad del cuidado, fomentando la educación interprofesional y generando experiencias orientadas a la formación con estudiantes de otras disciplinas, contribuyendo a que las prácticas formativas se constituyan como espacios transversales, permanentes y de complejidad creciente que produzcan aprendizajes significativos para el desarrollo de la disciplina y la profesión, repensando la lógica sobre la cual se asientan las pasantías y las residencias, tomando como modelo las propuestas orientadas a la integralidad de las funciones sustantivas de la Universidad con un fuerte compromiso hacia el escenario de las problemáticas sociales, con acento en los sectores vulnerabilizados y gestando espacios de formación que eviten la burocratización de las prácticas y que promuevan la reflexividad y la crítica, mediante el aprendizaje situado.

Por Universidad Pública, Popular, Comprometida y Feminista.