Con el objetivo de optimizar su infraestructura edilicia y asegurar el desarrollo adecuado de las actividades de la comunidad universitaria, la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP) se encuentra inmersa en diversos proyectos de construcción y mantenimiento.

El secretario de Planeamiento Arquitectónico de la Universidad, Eduardo Oxarango, detalló el estado de las obras en curso y los desafíos que enfrenta la institución en este año 2024.

El Plan de Desarrollo Institucional (PDI) hacia 2030 marca el rumbo a seguir, estableciendo metas a corto, mediano y largo plazo para evolucionar la infraestructura existente y promover la sustentabilidad. A pesar de los desafíos económicos y sociales, la UNMDP continúa cumpliendo con los objetivos establecidos, incluso sumando nuevos proyectos a su cartera de obras.

Actualmente, la universidad está llevando a cabo dos obras significativas con presupuesto propio. Una de ellas es la construcción del simulador de prácticas médicas, que ya alcanza un desarrollo del 40% y se espera habilitar a finales de este año. La otra obra es la ampliación del complejo ubicado en la calle Peña, que cuenta con un avance del 40 al 50% y se prevé finalizar hacia octubre o noviembre. Esta última obra se está ejecutando en tres niveles, lo que permitirá inauguraciones parciales a medida que avance la construcción.

Además de las nuevas construcciones, la UNMDP prioriza el mantenimiento y la mejora de sus sedes existentes. Se están realizando trabajos de conservación en las envolventes de los edificios, la recuperación de fachadas y sistemas pluviales, así como la puesta en valor de los sanitarios. Estas acciones, aunque menos visibles, son fundamentales para garantizar el funcionamiento diario de la universidad.

Sin embargo, no todas las obras están en marcha. El Centro de Investigaciones Marinas (CIMAR), ubicado en el predio del Faro, se encuentra actualmente detenido a la espera de una respuesta por parte de las autoridades correspondientes.

El enfoque estratégico de la UNMDP también se centra en optimizar los espacios existentes en lugar de construir nuevas edificaciones. Esto se traduce en un ahorro significativo en términos de tiempo y costos. Ejemplo de ello es la nueva edificación sobre Rodríguez Peña, que representa un 15% de los espacios áulicos del complejo universitario.